Echa media taza (110g) de bicarbonato de sosa en un recipiente para mezclar.
El bicarbonato de sosa tiene una habilidad natural para limpiar, lo puedes encontrar en muchas pastas comerciales. No es tóxico y te ayudará a pulir tus dientes. Algunas recetas prefieren la sal de mesa, en este caso puedes mezclar tres partes de bicarbonato y una de sal.
Agrega tres cucharas de té (15g) de glicerina por cada ¼ (55g) de mezcla seca.
Esto es opcional; actúa como edulcorante. Otra alternativa es xilitol; es natural y es un edulcorante natural (sin azúcar) que incluso ayudaron al cuidado de tus dientes y encías.
Agrega ¼ de taza (60g) de peróxido de hidrógeno y una gota de aceite de menta.
El peróxido de hidrógeno desinfecta naturalmente tu boca y también ayuda a blanquear tus dientes. Si no lo tienes, usa agua. La gota de aceite de menta ayudará a que tu boca se sienta fresca. El peróxido de hidrógeno se echa a perder fácilmente si está expuesto a rayos UV por lo que no debes dejar la pasta en el sol. Si no te gusta el sabor a menta, hay otras alternativas como canela, extracto de vainilla, hinojo, jengibre, extracto de almendra, etc. lo que sea que uses sólo asegúrate de que no tenga azúcar o que no sea demasiado ácido, ya que lo ácido tendrá una reacción efervescente con el bicarbonato.
Mezcla el peróxido de hidrógeno con el bicarbonato hasta que se haga una pasta.
Si lo necesitas, agrega más peróxido de hidrógeno hasta que obtengas la consistencia deseada.
Guarda la pasta en algún recipiente de plástico, donde no se seque.
También puedes comprar alguna botella que puedas apretar y sacar la pasta más fácilmente.
Advertencias
- Agregar cualquier ácido (como jugo de limón) causara una reacción de efervescencia con el bicarbonato.
- Aunque para algunas personas el bicarbonato puede ser muy agresivo para usarlo diario, es un ingrediente usado por muchas pastas que son aprobadas por la asociación dental americana. Además el bicarbonato se disuelve muy rápido con el contacto del agua o la saliva, lo que hace a esta mezcla tan agresiva como lo sería la sal. Tu mismo cepillo de dientes es más agresivo (incluso los que son muy suaves) que una solución de puro bicarbonato.
- Sólo usa peróxido de hidrógeno para hogar. Es una alternativa al alcohol como desinfectante bastante común. Lo encuentras en cualquier farmacia. Tiene 3% de concentrado, lo cual es mucho más diluido que el decolorante de cabello y soluciones industriales. Consumir demasiado peróxido de hidrógeno puede caer en envenenamiento, pero deacuerdo con el Instituto nacional de la salud, “ La mayor parte del contacto que se tiene como el peróxido de hidrógeno es inofensiva” Si te aseguras de que la cantidad de agua y de peroxido en la mezcla es la misma estarás más seguro, el peróxido de hidrógeno siempre se descompone en agua + oxígeno y más en una solución alcalina, como lo es esta pasta de dientes. Amenos de que uses la pasta enseguida de haberla mezclado, lo más probable es que para cuando la uses el peróxido ya se haya descompuesto; si lo quieres usar para blanquear tus dientes, úsalo inmediatamente después de haber hecho la mezcla.
- Los niños que normalmente tragan la pasta al lavarse y están expuestos a que les de fluorosis. Con esta mezcla el único riesgo que corren es por el sodio.
- El bicarbonato puede ser agresivo si no esperas a que se disuelva y el peróxido de hidrógeno puede ser irritante si lo tragas, en este caso debe ser sustituido por agua.
- Bajo ninguna circunstancia comas pasta de dientes. Trata de no tragarla, aunque la pequeña cantidad que se usa al lavarse los dientes es inofensiva si la tragas, amenos que seas demasiado sensible al sodio.
Consejos
- Si el bicarbonato resulta ser agresivo con tus dientes o encías puedes usar una cantidad más pequeña o usar sal.
- Los niños quizás querrán usar colorantes de comida para la pasta. Esta podría ser una buena oportunidad para enseñarles como se mezclan los colores para hacer nuevos. Trata de evitar los colores artificiales derivados del coaltár, ya que han sido relacionados con enfermedades como trastorno de déficit de atención en los niños que lo ingieren.